La felicidad y la libertad
se tropiezan
entre cordones desatados,
raspones de sueños
y pies descalzos
le hacen compañía,
sonrisas que desbordan,
llantos que refrescan
caras de un tiempo sin ayer
adornan los juegos
que no tienen prisas
con latidos acelerados
y corazones de tizas.
Manos sucias con almas limpias
le piden a su ángel de la guarda
mas tiempo para dormir despiertos
en la madrugada
y descansar sonrientes
esperando la mañana.
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