miércoles, 13 de enero de 2010

ME ACOSTE...

Me acosté con ella,
y ella…
bostezó mi musa
dejándola sobre la mesa
de luz,
la misma que iluminaba
un billete arrugado
debajo de un cenicero
que consumía un tiempo
tan preciso,
tan experto
que el presente
se convirtió en un pasado
sincero,
sin caricias,
sin deseos.

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