Derrame entre mis dedos…
la vida,
lavando mi rostro con suspiros,
derrochando un tiempo
embriagado en albedríos.
Camino acotado
y en cada esquina
salidas que regalan
sueños tan preciados
que se derrumban
por no mirar a los costados,
miedos, cobardía
y un tiempo detenido
entre flores perfumadas
recuerdan sobre
un espejo sin razón…
dejando huellas
en mi cara.
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