Suspiro...
para que hable el corazón,
preguntas y respuestas
en calles sin esquinas,
perfumes sin cuerpos,
sombras que no se mueven
solo sueñan en silencio,
colores atados a una
espera descolorida,
imagenes que hablan,
sentimientos sin voces
sobre dos agujas,
y un tiempo descilachado
va perdiendo la memoria
mientras se desliza sobre un subibaja
añejo casi olvidado.
Suspiro...
para que hable el alma
para que al instante
diga todo en un solo movimiento
reflejo,
aunque no diga nada.
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