ingnorantes,
bestias en cuerpos de hombres
sin alma,
dueños de nada
que han destruido todo,
cobarde de un tiempo
que ya no calla y sentencia.
Han sembrado tumbas con sueños,
hoy llueve lagrimas de justicias
y hay brotes tiernos,
pañuelos que hacen de sentinelas
sobre sus moradas
le agradecen al cielo
los latidos de justicia
aunque la vida halla tallado sus rostros
enternecidos,
¿y el recorrido?
son pasos lentos
pero sentidos,
es un canto al amor
para aquellos que no estàn
pero sigue vivos en el alma
de un pueblo
que ya no llora,
que ya no espera
camina...
honrando a la memoria
en cada esquina.
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