Mira aquel abuelo
a través de sus recuerdos
y una lagrima se desliza
sobre su rostro
como una gota
sobre un cristal
que no sabe su destino,
y el pasado se vuelve
presente
disimulando el camino,
y sigue mirando
el ayer,
sin consuelo
pero no se resigna,
camina…
y en sus pasos cansados
va la vida.
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