de un árbol
que invita a pensar
entre su cuerpo,
entre la gente,
son manos tibias
que acarician el alma,
son palabras que vuelan
en el tiempo
y despues la calma.
Un refugio...
es guardar lo vivido
latidos,
es un camino con huellas
invisibles que busca lo sentido
entre lunas distintas
el albedrío,
Un refugio...
sin lugar,
son sensaciones
que atesoran
olas sobre una bahía,
es la piel
que se refresca
con la brisa cada mañana
con pinceladas de nostalgia
y el reflejo de un beso compartido,
es la espera... a la que no le importa nada,
son los sentidos
que están callados...
son los mios
que mueren
acostumbrados.
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