En el otro mundo
hay perfumes de rosas blancas
que anestesian noches
descolgando estrellas.
En el otro mundo...
hay una bahía
que ilumina la luna
con besos dulces
de sueños.
En el otro mundo
hay suspiros
que conjugan
con rizas complices
y deseos que se cumplen con la mirada.
En el otro mundo...
hay huellas en el cielo
y vuelos en libertad
entre pasos comunes;
acostumbrados.
En el otro mundo
hay manos que acarician otras
manos
para decir gracias,
hay palabras que no se olvidan,
hay atardecer es impacientes
que no le interesa la gente,
hay amaneceres que guardan
sobre sus espaldas...
una felicidad enmudecida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario