Me niego solo a estar
cuando nos acaricie
la nostalgia
o el dolor sea
pasos con caídas
un instante sin razón
y después…
heridas,
para luego abrazarnos
frente a lo acontecido.
Me niego solo a estar,
sin albedrío,
regalando suspiros
sobre manos frías,
descolgando estrellas
en distintos caminos,
alimentando sueños
que se vuelan
con la vacilaciones del
alma,
mientras el corazón
se desangra
mendigando tiempos
compartidos
Me niego solo a estar…
y te propongo,
que tu sombra
sea la mía
y tu mirada
la voz que regale mañanas
en cada esquina
para ganarle al lamento
porque con él
se nos va la. vida.
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