de esa plaza
son diferentes,
de un tiempo sin edad,
y un montón de árboles
añejos son testigos
de noches de luna
y mañanas con sombras
que abrigan esperanzas
e ilusiones que descansan
acostadas sobre pastos frescos
y siestas en soledad.
Aquella calzadas
de esa plaza
entre cruces y cruces
sólo es cuestión de pensar:
el camino es uno solo
si no miras para arriba
las campanas te dirán ...
agradece que estás vivo
lo demás puede esperar.