sobre nuestros rostros,
ya no hay disfraces
que vendan contenidos,
hay heridas sobre
heridas en almas frías...
perfumes sin piel...
y una sola salida...
un canto de fe...
sin la noche buena,
un par de agujas
que nos han dejado,
un solo camino
sin los costados.
Llueve gotas de sal ...
mientras dos campanas
bailan con la espera
sin decirnos nada...
buscan con tibiesas
entre las ventanas
a las palomas tristes
que vuelen mañanas,
y frente a una cruz
que acaricia el viento
cientos de miradas hoy...
miran al firmamento.